EL ALQUIMISTA DE MIS SUEÑOS

Aun puedo recordar aquel primer encuentro tras esa ventana límpida que nos separaba en mi oscuridad. La incertidumbre flameaba en el ambiente y las dudas se mudaban en sutiles arrullos. Nadie podía predecir lo que estaba por suceder pues ya nada volvería a ser lo mismo.
Tal vez lo hayas olvidado pero sin apenas mediar palabras con tretas picarescas cerrábamos tratos hasta el amanecer. Eras capaz de construirme con cada sedimento del pasado robustos pilares perennes que se erguían hasta la inmensidad. Enmarcabas mis paredes con delicados lienzos que proyectaban nuevos horizontes pigmentados. Cuanta magia desataban aquellos acercamientos. Lo recuerdas? Como un Dios sabio de tu cáliz me dabas de beber sabiduría escrita en prosa. Y como un arquitecto diseñando las curvas de mi devenir me diste alas hasta convertirme en tu ángel. Me hiciste creer, si casi con una simplicidad insultante en los sueños de mi infancia. Desde entonces transcribo susurros mudos dibujo sueños a mano alzada y descifro las estelas de lo invisible. De tu mayor virtud, la paciencia confeccione una armadura que aun hoy llevo puesta y de tanto en tanto tienes que pulir. En tiempos de guerra me hiciste empuñar una espada renunciando al mazo y casi sin quererlo me convertiste de entre todas en la Reina de tu harén. Me enseñaste tanto… Que hasta el significado de lo que es Amor termino por aplacar mi terquedad. Llegaste a transformar la hiel en baños de pétalos y miel con sabor a canela. Y contra viento y marea me convenciste con manuales de guerreros de la luz a ser la hechicera de mis travesías. Cambio tanto mi vida desde aquel primer encuentro Nunca te lo dije, pero sabes... desde entonces eres el Alquimista de mis sueños.