Y si yo te dijera…
Que en el raíl que me conduce a donde nadie me dijo
donde no calculo distancias
ni sopeso tiempos
enjuago mi espera
con las caricias esquivas
de los que me llevan hacia ti.
Y si yo te contara…
Que mientras aguardo.
Paseo por océanos de versos aparentes
de requiebros sin sentido
que nunca pedí
y que suenan en mis oídos
como campanas bajo el agua.
Y si yo te confesara…
Que en el umbral de lo que será
entrelazo primaveras y otoños
arranco hojas de calendario
de diez en diez
y que en el encerado de lo infinito
grabo tu mirada para no olvidar.
Pero lo que nunca sabrás...
Es que consumo pasiones guardadas
que te invitan cada día a regresar
que solo cuando llueve
puedo no recordarte
y que aullando hasta lo impronunciable
puedo socavar alientos de añoranza.
Sé que nos soñamos
que trenzamos en silencio
el rastro que nos unirá.
Bailamos en ceremonias ajenas
que nos acercan.
A veces también,
caminamos errantes, sin rumbo.
Y aunque aprovechamos cada retazo vivido
necesitamos recitar los latidos del presagio
que acompasan los ciclos que faltan
para encontrarnos...
y no morir de Amor y versos.